Hans Hatch

El recurso de lo sexual y erótico en la publicidad

Todos sabemos que en la publicidad hay diversas maneras para seducir y atraer la atención del consumidor. Hoy en día recibimos avalanchas de mensajes publicitarios desde que nos levantamos. Por eso es muy común que una marca/producto/servicio pase desapercibido a los ojos del consumidor. Como sabemos, para evitar caer en esto los publicistas utilizamos recursos que tienen que ver con los instintos o sentimientos personales. Intentamos generar un “vínculo emocional” con ellos o con algún momento de su vida. De esta manera, poder mantener su atención y destacarnos creativamente de esta jauría publicitaria.

El recurso de lo sexual y erótico en la publicidad es uno de los más utilizados por varios anunciantes para hacer que el público vea y recuerde el mensaje del producto. Usar lo sexual y erótico en la publicidad se justifica en la estructura del cerebro humano. En el sexo se combinan diferentes sensaciones y sentimientos. Pero también intervienen otras cuestiones físicas despertadas por el deseo o libido sexual.

El motivo de esta columna es el anuncio que vi el mes pasado de una marca de relojes. De seguro varios de ustedes ya saben de cuál estoy hablando. No entraré en detalle –según mi criterio– si fue bien aplicado el tema del sexo o no, o si le está ayudando o perjudicando en el posicionamiento del producto. La intención del artículo es comentar cuál es la situación actual de la publicidad + sexo.

Creo que esa época, donde el sexo era uno de los temas más buscados y que sólo bastaba poner un anuncio erótico en un periódico o revista para causar furor, se acabó. El sexo sigue vendiendo. Pero los anuncios con exceso de carga sexual no parecen producir el mismo efecto que causaban en los años 80’s o 90’s.

Primero tomemos en cuenta que ver cuerpos desnudos ya no causa sorpresa. Los consumidores han perdido la ingenuidad y simplemente ya no creen en la idea de que con la compra de un coche, reloj o perfume determinado terminarán yendo a la cama con esa bella, inalcanzable y exuberante mujer que sale en el anuncio. Tenemos que entender que ya hubo una evolución social. El uso excesivo de imágenes eróticas no es sólo un recurso ineficaz, sino que muchas veces puede ser contraproducente. El consumidor de hoy no sólo quiere recibir el mensaje publicitario, quiere participar en un diálogo con la marca. Y si algo no le parece correcto de inmediato lo va a comentar en diversos medios digitales.

Por otro lado, hay muchos productos que intrínsecamente están relacionados con el sexo. Un ejemplo son la ropa interior, los condones, el viagra, cremas, aromas, etc. que se publicitan con temas erótico-sexuales para promoverlos. El consumidor ve muchos de estos mensajes como grotescos y corrientes. Sin duda varios de ellos son los que menos apelan a las imágenes eróticas o a los cuerpos desnudos. Con creatividad e ingenio atraen la atención del consumidor y eso se me hace algo fantástico.

También, tenemos aquellas campañas donde las empresas basan su estrategia en el factor erótico. Básicamente para generar polémica o críticas. Llegan inclusive a generar la censura y por eso, son de ellos de los que más se habla. Muchas veces para eso son creados. Y si están hablando de ellos, podemos decir que cumplieron su objetivo a pesar de la crítica.

Para que tengan una idea, seleccioné algunos ejemplos de anuncios publicitarios donde el sexo, erotismo y publicidad subliminal forman parte de su contexto.

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Hans Hatch Dorantes
CEO de hatch co marketing agency, con 20 años de experiencia profesional, se ha convertido en uno de los influenciadores en temas de marketing digital más importantes en Latinoamérica. Es consultor de negocios, tecnologías digitales y redes sociales; asesora y trabaja en las áreas de comunicación integral para varias de las marcas más importantes de México. Catedrático en las universidades Tec de Monterrey, ITAM y Anáhuac.

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