¿El internet reprime la lectura de libros analógicos?

Una mujer recostada sobre una alfombra a rayas mientras lee un libro y usa una computadora portátil.

El otro día me encontré una construcción que tenía un letrero que decía “Biblioteca Pública”. Decidí entrar para ver ahora sí, que con mis propios ojos, cuál era la situación en su interior. La verdad, se me calló el corazón. Era un sitio frío, descuidado, húmedo. Había una baja cantidad de libros en los estantes y estoy seguro no se han movido de su lugar por años. Y lo más triste, sin gente, sin nadie interesado en leer o documentarse sobre temas o asignaturas académicas.

Contrasta por ejemplo con el aspecto y movimiento de la Biblioteca Vasconcelos en la Ciudad de México. No se si la gente la visita como turista para admirar su construcción y la hermosura de sus instalaciones o como interesada en obtener libros a préstamo para consulta. Se ha convertido en una de las bibliotecas públicas más frecuentadas de América Latina. Llegan aproximadamente 1,725,000 visitantes anuales. Cuenta con más de 600,000 volúmenes.

“Leer no es una evasión sino un salto hacia un lugar donde el recuerdo o la imaginación de un futuro es posible. Los libros pueden ser como una vivienda prestada para quienes han perdido otro tipo de hogar.” Michèle Petit.

El tema de las bibliotecas, lo quiero referenciar a la preocupante falta de costumbre por la lectura en México y mira que en los últimos años, el Consejo de la Comunicación ha hecho campañas muy difundidas para fomentar el hábito, sobre todo entre los jóvenes que por estadística son lo que menos lo hacen. ¿Y por qué no lo hacen si en la escuela lo hicieron? Yo pienso que es por eso, porque la lectura se da en la escuela como un asunto estrictamente académico. No hay construcción de ese hábito, no se desarrolla como capacidad en los estudiantes. Saliendo de la escuela y ya inmersos en otros ámbito como el laboral, la mayoría de los jóvenes dejan de leer.

Según reveló la Encuesta Nacional de Lectura (ENL), elaborada por la Fundación Mexicana para el Fomento de la Lectura A.C (FunLectura) el hábito de la lectura en México no avanza. En el 2006, los mexicanos leían en promedio 2.6 libros al año. En este año (2014), la cifra llegó a 2.94. El documento menciona que en México, la lectura sigue siendo un asunto estrictamente educativo y que el acceso a la cultura escrita está seriamente restringido para la mayoría de la población y que menos de la mitad, mayor de 12 años, es la que lee libros.

¿Han influido los medios electrónicos y el internet para reprimir la lectura?

Hay mucha polémica sobre este asunto. Transmitiendo mi experiencia personal, yo les puedo decir que pasé por los procesos de lectura en todas mi educación tanto en casa como en la biblioteca de la Universidad. Ahora, me he acostumbrado a los e-books al tratarse de leer temas relacionados con mi profesión.

Los e-books me evitan el desplazamiento a las librerías o bibliotecas y no ocupan espacio en estantes. Puedo marcar párrafos o copiarlos para compartirlos con mis colaboradores e incluso, como se habrán dado cuenta, los publico a manera de frases en mis redes sociales. Tengo la opción de aumentar el tipo de letra. Puedo buscar la traducción de algún término o ampliar la información de los hiperlinks. Sobre todo, puedo traer muchos en mi computadora sin necesidad de cargarlos en volumen. Otra gran ventaja es que desde un teléfono móvil puedo leer algunas páginas en la sala de espera del aeropuerto o el médico y aprovechar así tiempos relativamente muertos.

Se que leer textos por internet -hipertextos-, no parece ser lo mismo que leer un texto en un libro analógico. Entiendo también, que para los conservadores, adquirir un libro en formato digital por internet, en tiendas virtuales y tener que usar dispositivo o computadora para leerlo les quita el encanto de sentir el peso del volumen, pasar sus páginas y “vivir la historia viendo su contenido”. Le evita el gozo de visitar las librerías y las bibliotecas físicas. Más que nada, les quita el gusto de ordenar y admirar su propia colección de libros en sus estanterías.

En síntesis, no creo que la tecnología influya en la poca costumbre de lectura por parte de los mexicanos.

Creo es todo lo contrario, los e-book y los buscadores facilitan la educación y, sobre todo, la obtención de la información a velocidades nunca vistas. Creo es un problema cultural y educativo. Leer o no leer depende de cada quien. Elijas la forma que elijas -analógica o digital-, lo más importante termina siendo la lectura en sí y la aportación educativa, de diversión, el suspenso, la alegría o la tristeza que te otorga el libro que leas.

¿Ustedes que opinan? ¿Internet reprime la lectura de libros analógicos?

¿Y tú cuántos libros lees al año?

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Hans Hatch Dorantes
CEO de hatch co marketing agency, con 20 años de experiencia profesional, se ha convertido en uno de los influenciadores en temas de marketing digital más importantes en Latinoamérica. Es consultor de negocios, tecnologías digitales y redes sociales; asesora y trabaja en las áreas de comunicación integral para varias de las marcas más importantes de México. Catedrático en las universidades Tec de Monterrey, ITAM y Anáhuac.

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